La familia de Miguel Ángel Russo tomó una decisión cargada de simbolismo y emoción sobre el destino de sus restos. Según confirmó Gonzalo Belloso, presidente de Rosario Central y uno de los amigos más cercanos al exentrenador, las cenizas de Miguel serán dispersadas en los lugares que marcaron su vida y su carrera, en una suerte de último viaje por los escenarios donde dejó su huella.

Belloso explicó que la intención de los familiares es “dejar un poco en cada uno de los clubes que fueron importantes para él”, una forma de repartir su legado entre los lugares donde fue querido, respetado y recordado. Rosario Central, por supuesto, será uno de esos espacios elegidos, aunque no el único.

Un homenaje en el Gigante de Arroyito

Parte de las cenizas de Russo descansarán en el Gigante de Arroyito, el estadio que lo vio salir campeón y donde dejó algunas de las páginas más recordadas de su historia como técnico. Según adelantó Belloso, el homenaje se realizará durante el partido de la fecha 13 de la Liga Profesional, cuando Central reciba a Platense, el último rival al que Miguel enfrentó en el título de la Copa de la Liga 2023.

El presidente de Central aseguró que el club “abrirá su casa de par en par” para recibir a su ídolo, y que será una jornada de puertas abiertas para que los hinchas puedan despedirlo como se merece. Será un acto íntimo y multitudinario a la vez: una despedida colectiva en el lugar donde Russo fue más que un entrenador.

El adiós de un hombre en paz

Belloso también compartió un testimonio conmovedor sobre los últimos momentos de Russo. Relató que “Miguel se fue dejando la vida y la dejó en Boca”, trabajando hasta el final y acompañando a su amigo Juan Román Riquelme en los últimos días.

“El tipo se fue haciendo lo que él quería, muriendo en una cancha, como vivió”, resumió Belloso. Contó que estuvo presente en la casa del DT junto a su esposa Mónica, sus hijos, su representante y algunos amigos cercanos. En ese contexto de despedida, pidió la presencia de un sacerdote, que llegó a tiempo para rezar el Padrenuestro. Russo, dijo, falleció justo cuando el padre terminó la oración, en una escena que describió como “muy fuerte y muy serena al mismo tiempo”.

Belloso recordó a Russo como “un tipo gaucho”, de los que ayudan, empujan y se entregan por los demás. Durante diez años enfrentó en silencio una enfermedad, sin que eso alterara su compromiso, su humildad ni su amor por el fútbol.